Santo Domingo.- Una de las participaciones más emotivas de las manifestaciones de los imputados en el caso Coral fue la del coronel paracaidista de la Fuerza Aérea, Carlos Augusto Lantigua Cruz, quien expresó en la audiencia preliminar que a raíz del proceso perdió el orgullo que sus hijos sentían por él.

“Para mis hijos yo era su orgullo, pero mis hijos están deshonrado y mis padres humillados”, expresó al tomar un turno final que el Sexto Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional le da a cada imputado para que exprese su parecer, en la audiencia preliminar sobre la acusación que pesa en su contra en el caso de corrupción administrativa denominado Coral.

Al dirigir al tribunal que preside la jueza Yanibet Rivas, sostuvo que nadie se percata del sufrimiento de una persona que se llama imputado y de todo un entorno que es afectado cuando se hace una acusación sin fundamento.

“Eso hay que vivirlo para apreciar su magnitud, no se lo deseo a nadie”, reiteró visiblemente afligido. 

Expresó que a partir del proceso judicial que atraviesa ha comenzado a deteriorarse su salud mental, las relaciones con sus familiares y la relación con su esposa.

“En mi casa he tenido que explicar incontables veces a mi esposa el por qué se llevaron su vehículo por qué se llevaron su certificados”, indicó al momento de aclarar que hasta el momento no sabe de qué lo acusa el Ministerio Público.

El oficial manifestó que tiene dos años que no aporta un peso en su hogar, ni a sus hijos, ni a su madre.

“No tengo razón por la que estar aquí ni por qué pararme aquí a ejercer ninguna defensa, pero peor aún tengo que pagar un abogado y tengo que pagar un abogado con un dinero que yo no me lo gané en todo el tiempo que estuve trabajando”, expresó ante el tribunal.

Concluyó diciendo que actualmente se encuentra viviendo prácticamente de la caridad para poder defenderte de algo que no hizo. En la solicitud de coerción contra el grupo de militares, el Ministerio Público acusa al oficial Reyes Batista junto a los demás de conformar un entramado de corrupción, que supuestamente operó en las instituciones castrenses como el Cuerpo de Seguridad Presidencial (Cusep), el Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur) y el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani).



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