Las auditorías internas y externas deben ser regulares, pese a que en la República Dominicana se hacen de forma excepcional. Sobre todo, en el sector público, donde la mala fama abunda. 

Las internas se hacen para verificar la aplicación de los procedimientos legales, administrativos y financieros, con el propósito principal es afinar siempre los controles.

Las externas, que en el orden público son realizadas por la Cámara de Cuentas, procuran determinar los manejos definitivos para evaluar reconocimientos y desaprobación con implicaciones legales.

Sin embargo, divulgar auditorías internas con irregularidades “subsanables” genera un escenario de especulaciones que puede dar efecto adverso al deseado. 

  

 

 





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